oracion de yiye avila por los enfermos

En el mundo actual, donde la salud se ha convertido en una prioridad para todos, es fundamental contar con personas que nos inspiren y nos brinden palabras de aliento en momentos difíciles. Uno de esos referentes es el reconocido evangelista Yiye Ávila, quien a lo largo de su vida ha dejado un legado de esperanza y fe para los enfermos. En este texto introductorio, exploraremos las poderosas palabras de Yiye Ávila dirigidas a aquellos que enfrentan enfermedades, y cómo su mensaje puede ser una fuente de fortaleza y consuelo en tiempos de adversidad.

oracion de yiye avila por los enfermos para leer:

En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, y con la intercesión de la Virgen María y todos los santos, elevo mi voz en esta oración ferviente y llena de fe, para pedir por todos los enfermos del mundo, aquellos que sufren en cuerpo y alma, para que encuentren alivio en su dolor y sanación en su enfermedad, que la mano poderosa de Dios descienda sobre ellos y les conceda la gracia de la salud y la fortaleza para enfrentar sus pruebas, que el Espíritu Santo los envuelva con su amor y les brinde consuelo en sus momentos de angustia, que los médicos y profesionales de la salud sean instrumentos de su divina voluntad y encuentren los tratamientos adecuados para cada uno de ellos, que las familias de los enfermos sean sostenidas en su fe y encuentren en la oración la fuerza para acompañar a sus seres queridos en este camino de sufrimiento, que la comunidad cristiana se una en una sola voz para elevar plegarias por todos los enfermos, para que sientan el amor de Dios y la solidaridad de sus hermanos, que la Iglesia, madre y maestra, sea guía y refugio para aquellos que padecen enfermedades, brindándoles apoyo espiritual y sacramental, que los enfermos encuentren en su unión con Cristo crucificado un sentido redentor a su sufrimiento, ofreciéndolo como sacrificio por la salvación de las almas y la unidad de la Iglesia, que en medio de la enfermedad, encuentren la paz y la esperanza en la promesa de la vida eterna, donde no habrá más dolor ni sufrimiento, sino solo gozo y plenitud en la presencia de Dios. Amén.