oracion de entrega a dios

En la vida, hay momentos en los que nos sentimos abrumados por las dificultades y los desafíos que se nos presentan. En esos momentos de incertidumbre y angustia, muchos de nosotros buscamos consuelo y guía en algo más grande que nosotros mismos. Para algunos, esa fuente de fortaleza y esperanza es la entrega a Dios. La oración de entrega a Dios se convierte en un acto de confianza y rendición, en el que depositamos nuestras preocupaciones y cargas en sus manos divinas. En este texto, exploraremos el poder y la importancia de esta práctica espiritual, así como los beneficios que puede traer a nuestras vidas. Descubriremos cómo la oración de entrega a Dios puede ser un faro de luz en medio de la oscuridad, brindándonos paz y consuelo en momentos de dificultad.

oracion de entrega a dios para leer:

Señor, en este momento de mi vida, me entrego por completo a Ti, reconociendo que Tú eres mi guía, mi refugio y mi fortaleza, y que sin Ti nada soy ni puedo hacer. Te entrego mis sueños, mis anhelos y mis temores, sabiendo que Tú tienes el control de todas las cosas y que tu voluntad es perfecta. En tus manos pongo mi pasado, mis errores y mis pecados, confiando en tu infinita misericordia y en tu poder de transformar mi vida. Te entrego mi presente, mis preocupaciones y mis responsabilidades, sabiendo que Tú eres mi proveedor y que nunca me abandonarás. Te entrego mi futuro, mis planes y mis proyectos, confiando en que Tú tienes un propósito para mí y que me guiarás por el camino que debo seguir. Te entrego mi corazón, mis emociones y mis deseos, pidiéndote que los purifiques y los llenes de tu amor y tu paz. Te entrego mi familia, mis seres queridos y mis amigos, rogándote que los bendigas y los protejas en todo momento. Te entrego mi trabajo, mis talentos y mis dones, pidiéndote que los uses para tu gloria y para el bien de los demás. Te entrego mi cuerpo, mi salud y mi bienestar, confiando en que Tú eres mi sanador y que cuidarás de mí en todo momento. Señor, te entrego mi vida entera, sabiendo que en tus manos está mi felicidad y mi salvación. Amén.